y solo quedó una esquina vacía
entre mi esternón y el vacío metafísico
de la cabeza vaciada de un centolloentre mi esternón y el vacío metafísico
comprendí no sin esfuerzo
que el rellenado de segundos es
una actividad tan decente como otra cualquiera
probada la épica de la opulencia
no querrás que luego me desacostumbre
las palabras serán mucho más tontas y las poesías
también
pero la vida será menos densa
probablemente es ridículo
sentir la culpabilidad de lo bueno
y lo reconfortante de lo malo
pero algo tendré que hacer con ello
aunque solo sea
contar distancias.
j. a. aunión