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Los errores de todos los días


Esta mañana me he levantado con la brújula estropeada
le he dado un beso al café
y me he bebido a mi mujer hasta dejarla consumida
le he contado mis penas a la taza del váter
y he salido de casa sin abrir la puerta
he seguido a pie la línea del metro
y me he abrazado a las horas como si fueran a darme algo
como si la única redención posible
fuera esperar a que sea mañana
para intentar acertar


juan

No quedaba casi nada de poesía

No quedaba casi nada de poesía
en el fondo de la taza de nesquik
empecé a buscarla allí porque el güisqui
era demasiado doloroso para mi estómago
me hacía mucho daño en la cabeza y el ano
pero allí no quedaba casi nada de poesía
pues la lírica que se esconde tras las rutinas placenteras
se esconde de puta madre
[no me gusta poner tantas excusas seguidas
probaré a echarle otras dos cucharadas más de nesquik al nesquik]
una poesia de Juan
Vacié el cuaderno de palabras
y solo quedó una esquina vacía
entre mi esternón y el vacío metafísico
de la cabeza vaciada de un centollo
comprendí no sin esfuerzo
que el rellenado de segundos es
una actividad tan decente como otra cualquiera
probada la épica de la opulencia
no querrás que luego me desacostumbre
las palabras serán mucho más tontas y las poesías
también
pero la vida será menos densa
probablemente es ridículo
sentir la culpabilidad de lo bueno
y lo reconfortante de lo malo
pero algo tendré que hacer con ello
aunque solo sea
contar distancias.

j. a. aunión


la vida me ha pasado por encima

y no sé por dónde empezar

creo que me he equivocado en todo

que las cosas no tienen el color que les di

que los rayos de luz iluminan dónde no es
y las noches están, por supuesto, al revés

y los días son oscuros

túneles con aire acondicionado que me atraviesan los riñones
con pies que se colocan sucesivamente en direcciones estúpidas
con flashes extraños que se colocan en el lugar donde debería estar la vida


poema de j. aunión
dibujo de clara león
(este dibujo de 50x70 puedes comprarlo en LA PIEZA)

Palermo, BAires

Extraño color de los días iguales
se bajan los toldos
y se suben hacia el final de la tarde
agostos y septiembres
esperando a que termine octubre
ni siquiera las borracheras son ya una respuesta
poemas demasiado tristes
sí, demasiado tristes
el marca, un malboro, dos barras de pan
y veinte de diesel en la cuatro
eso sí que es demasiado triste
y me da el tícket
(ya no sé ni reír
me pongo nervioso a la más leve mirada
me piso los cordones de los calcetines
torpemente me levanto y me acuesto
acumulo datos en fichas
busco una complicación donde sólo hay horas
no sé si echo de menos a esa mujer
aplazo y aplazo eso de vivir
por ahora
bien está mi cuaderno
nunca
un adverbio estuvo
tan cargado de sentido
como en los ojos de un idiota)

poesía de juan y dibujo de clara

Claro que era difícil evitar aquello
las puertas parecían ventanas
las galletas, dragones
los pantalones, desgracias
pero probablemente bastaba con apretar los pies
con desentumecer las manos
para que la sangre no se quedara atascada
en algún punto entre el corazón y la garganta


menos mal

Si hubiera sabido que venías
me habría afeitado la cabeza
habría aprendido tai-chi
y amaestrado a 27 ovejas
probablemente me habría pintado las uñas de color salmon
y me habría preparado dos o tres frases buenas
menos mal que no avisaste

Juan A.A

Todas las aceras eran de goma
tan blanda como mi sordera
tan blanca como escarmiento
silencio
hambriento
y grasiento espacio separado de palabras casi largas
amargura de tocar el aire que se escapa
agarrado
atrapado
medio roto solo medio pero roto
¿cómo empiezo?
cómo busco las onomatopeyas y las sílabas que parezcan
parecidas al esfuerzo para nada
de frustrantes paraísos que no fueron
si no fuera dentro de tu cuerpo
entre tus piernas blandas y calientes
si no fuera porque vuelves enseguida
y a pesar de todo estás tú y yo entre tus piernas
y allí no parece un fracaso ni una estafa
aunque mi sueño
parapléjico ya después del accidente
o la vida igual tenía que pasar y la culpa
que sí es de alguien y les conozco así os pudráis
traidores de las palabras y los verbos
los adjetivos y pronombres os cagáis
en la belleza verdad desnuda gramática y veraz
ya ni honesta ni honrada ni siquiera ya fonética
y me duelen el boli y las teclas del ordenador
solo quedan
tus muslos
tu boca tus manos y tus pies
tus ojos bien abiertos tus palabras
solo me queda
escribir que te quiero y así quererte
también cuando no estás y te espero carcomido
por lo otro que era y ya no es que más quisiera
que quererlo y que fuera que pensarlo y se escribiera

Juan A. Aunión

redondo y azul

Claramente perturbado
busqué entre los dedos de mis pies
una respuesta
y no hallé
más que una pelotilla negra que me habló
de distancias pequeñitas pero eternas
de la vida con la forma de un cajón
sólo entonces comprendí lo necesario
para quererte y vivir
además aunque sea lejos
si es redondo si es azul qué más me da
casi nada era importante lo vi claro
sólo seis o siete cosas que ya me apuntaré
cuando tenga un rato

un poema de juan

La vida es más difícil los martes
aunque los miércoles
a mitad de semana…
el jueves ya no da tiempo a nada
y los viernes
estás cansado ya desde por la mañana
sábado y domingo sonámbulos…
tendrán que ser los lunes.
Poema de Jonny Caracartón
Ilustración de Clara

Triste azul del daltónico

sangre roja, eso dicen, a chorro desde el corazón

para poder mover manos y pies.

                                                    Juan A. Aunión

cada cuatro segundos

Cada cuatro segundos te esparces
y te juntas después
en silencio
ajeno otra vez al espacio vacío que ocupas
no duele

solo jode saber que no duele
que apenas hace un hueco en el estómago

cada cuatro segundos
un poema de Juan A. Aunión
ilustración de Clara León


El fracaso me dio un beso
tan bonito en la boca
se hizo un hueco en mi vida
en el metro
se parecía tanto a lo que quería
me decía esas cosas tan suaves
tan finas
como las sábanas desgastadas
como descansos a mitad de subida
como si yo no quisiera ser
otra cosa más que una tiza.

poema de j. caracartón
ilustración de clara león

memories

A veces me cuesta respirar
los ojos
derrumbados
me escuecen como un trago de lejía
y casi apenas yo sentado y solo
respiro lentamente, el miedo de los demás
apenas me toca, pero el tuyo
me pesa como los tobillos astillados a un fugitivo
inoperante peso inerte de decisiones
épicas que no llegan ni a la e
no se atreven asustadas de tu miedo
no vacilan no llegan a nacer
la vida que hoy cuesta otro poquito
y tampoco es para tanto y para qué
a veces otro poco y un perdona
es suficiente hasta la proxima vez
hasta el próximo lo siento tengo miedo no lo hagas
mi te quiero lo comprendo no lo haré.

Poemas de "el hombre incompleto"




Todo era oscuro como un culo
todo era gris como abril con persianas bajadas
todo era escaso como el sueño al raso
era vacío y frío bastante tonto
sin ti.







Bastoncillos para las orejas
peusec para los pies
cientonce calamidades por semana
y un ruido de estómago luchando por una buena digestión
a pesar de los pesares
qué le costaba a aquel transeúnte
no morirse aquel día
qué cuesta una cerveza en este sitio de mierda
blando como una sarta de buenas intenciones
un alma desnuda sin amantes
tiritando de rabia más que de frío
de pena más que de soledad
rojos cuadrados en los calzoncillos
y las faldas sin calzoncillos debajo
rojos como la siesta del que no comió aquel día
raros de solemnidad eructando cicatrices
tristes como viejos en la cola del cine
toallas mojadas para las cabezas
zapatillas otra vez de cuadros como las faldas
versos tropezados caídos en la sopa
risas que no lucen porque no se ven pasar
sillas como mulas cargando incertidumbres
granjas de papeles para nada
humores agriados al más mínimo suspiro
caminos dibujados en papel de culo
largos como siempre
pero endebles como cabezas golpeadas cincuenta veces contra el techo.

Solía dormir boca abajo
para no tener que ver el sol al despertar
violaba sus recuerdos
uno a uno
todos
incluso los que había olvidado
para no tener excusas
inclinaba la cabeza al caminar
hacia el suelo
miraba interesado las frenéticas patadas en el aire
de los otros transeúntes
y se preguntaba si es por los pies
por donde nos empiezan a comer los gusanos
cuando dejamos de dar patadas en el aire
para coger el autobús
o el metro
llevaba las manos en los bolsillos
porque casi no podía aguantarse las ganas
de estrangular transeúntes o darles abrazos
caminaba bajo la lluvia
para redimir sus pecados
odiaba pero sin querer buscaba la simetría
una explicación un orden universal
un sentido hasta para las cacas de los perros
y para la existencia de los concejales de urbanismo
no podía comprender por qué no amaba todo el rato
por qué odiaba las telenovelas
las fiestas de guardar y el jamón rancio
por que sentía aquellas ganas a veces
de estrangularse a sí mismo y a los demás
con el mismo cordón umbilical con el que nos condenaron a muerte
no quería que nadie le viera el alma
para no tener que dar explicaciones
solía dormir boca abajo
para no tener que ver el sol al despertar.



Ahogado en esfuerzos
se acordó de aquel tipo
que quiso llevarse el mar en los bolsillos
recordó su cara triste
de piedra rota escondida en las manos






Quiero ser un viejo de bar
salpicando amargura en su metro cuadrado
derramado en la barra
explicando por qué antes era peor
y ahora es una mierda
escupir rencor
entre los esputos de la tos del tabaco
sin remordimientos
y temblando
luchar contra la crueldad de la maldita próstata
en la soledad del baño
pensando en todo aquello que pudiste hacer
pero no hiciste
y claro
viejo asqueroso
todo habría sido diferente
de vuelta en el vaso de vino
con la barba dura de tres días qué importa
con los ojos hundidos tras los párpados azules
qué importan
los días tambaleantes
qué siempre acaban por terminar

Esta vez la rosa era de papel
las sombras sonaron a campanas de muerto
la lluvia cubría hasta los cuerpos soñados
los ciervos no traían amor
esta vez los otros no éramos ninguno
esta vez te equivocaste y lo vi claro sin poder hacer nada
los ojos en las ojeras se rieron por una vez
esta vez nos comimos sin mirarnos y sin querernos
esta vez nos echamos de menos pero nos echamos